Son las 8:15 am y diluvia. Llevamos impermeables, gorras, repelente de mosquitos (remondado en todos los puntos de información) y ropa para cambiarnos. Estamos dispuestos a ver el Fiordo sea como sea.
Nos recoge el bus de Go Milford puntualmente del camping. Somos unas 10 personas y el chofer va informándonos sobre los sitios por los que pasamos. Para hacer más ameno el viaje te hacen varias paradas por el camino, que es muy bonito. Parece ser que sólo hay algunos tramos habilitados para parar, porqué el riesgo de avalanchas es muy elevado en toda la carretera (ver mapa).
Primero te enseñan el arbusto de dónde sacan la miel de Manuka. Luego paramos en Mirror Lakes, antes de cruzar el Homer Tunnel para ver una cascada junto a la carretera que llevaba una fuerza impresionante y despés del túnel, en The Chasm. Como llevaba lloviendo desde la víspera, había más cascadas de lo normal. Nunca he visto ver caer tanta agua junta por todas partes, ¡Que pelada nos vamos a dar!
Por fin llegamos a Milford. Es un pueblito minúsculo que casi lo forma exclusivamente la terminal de ferrys. Al final la carretera no nos ha parecido tan mala como nos contaban, pero si he de decir que las cuestas y las curvas son de aupa. Pero lo peor creo que hubiera sido cruzar el Homer Tunnel. Yo lo veo un tanto estrecho (3,80 m de gálibo) y además es de una sola dirección (regulado por un semáforo) y cuesta abajo (a la ida), muy cuesta abajo!
Bueno, embarcamos en el Ferry. Nada más salir del embarcadero, ya nos encontramos con las primeras cascadas, Fresh Water y Bowen Falls.
El buffet está listo, así que cogemos sitio en la cubierta superior y nos bajamos a elegir la jamada. Es bastante variado con carnes y verduras. Lo único que las bebidas (excepto el café y el te) no están incluidas. ¡Nos ponemos hasta las trancas!
Bueno, llegó la hora de la verdad, hay que salir a tomar fotos. La verdad es que desde dentro se ven muy bien, pero habrá que sacar fotos decentes. Nos ponemos los gorros de ducha y para la piscina.
Qué manera de llover; eso sí, hay cascadas a doquier. El viaje consiste en recorrer primero la costa oeste del fiordo. Hay una niebla densa en todo el fiordo, así que NO podemos ver pico Mitre (uno de los picos del mundo más altos que nace directamente desde el mar, 1,682 m). Vamos viendo la preciosa colección de cascadas que con la lluvia están en su máximo esplendor, como por ejemplo la Fairy Falls, que sólo son visibles cuando al día siguiente de llover porque después se secan. Llegamos a la entrada/salida del fiordo Anita Bay.
Emprendemos la vuelta recorriendo el otro lado del fiordo. Pasamos por el punto menos profundo del mismo (79 m frente a los 300 m de profundidad media), vemos focas en Seal Rock y otras famosas cascadas, Stirling Falls, con 155 m y es una de las dos permanentes.
Con estas llegamos al Observatorio Submarino. Es una casa flotante que alberga una especie de supositorio submarino con una escalera central que te baja hasta 9 metros de profundidad para ver el Coral Negro, que curiosamente es blanco. Sólo crece en aguas muy profundas y oscuras, pero por la mezcla de agua dulce y salada y no sé que mas, en este punto del fiordo se dan las condiciones propicias para que crezca.
Con estas llegamos al Observatorio Submarino. Es una casa flotante que alberga una especie de supositorio submarino con una escalera central que te baja hasta 9 metros de profundidad para ver el Coral Negro, que curiosamente es blanco. Sólo crece en aguas muy profundas y oscuras, pero por la mezcla de agua dulce y salada y no sé que mas, en este punto del fiordo se dan las condiciones propicias para que crezca.
En la entrada te ponen un video de cómo fue el proceso de construcción del observatorio y también hay un panel con el proceso constructivo del túnel.
De vuelta al ferry y para el embarcadero. Allí nos espera el chofer que esta vez nos regresa a Te Anau sin paradas. Sigue lloviendo.
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