Está decidido, queremos volar! Como dijo Gandalf en alguna de las tres películas, “Corred, insensatos!” Bajamos a la SH 47 en busca del aeródromo. La compañía se llama Mountain Air y disponen de dos tipos de avionetas (de 4 plazas la primera y de 6 la segunda) y los vuelos pueden ser de 15, 25 o 35 minutos, pasando por los volcanes de Ngauruhoe (Monte del Destino o Doom en el Señor de los Anillos, el que parece una pirámide) Tongariro (aún activo), los lagos Blue y Emerald y el Monte Ruapehu (el que se ve nevado completamente) .
Reservamos el vuelo más largo para las 10:30. Nos toco el avión de 4 plazas (5 con el piloto). Parece un juguetito, da cierto respeto. Que sea lo que tenga que ser …
Avioneta lista para despegar |
Vista de todo el P.N.Tongariro |
Monte Ngauruhoe |
Crater del volcán Tongariro |
Lago Blue |
Monte Ruapehu |
Ya estamos en tierra, queremos más! Que experiencia! El avión es más estable de lo que parece. El piloto te va dando un montón de información a través de los auriculares, que a su vez insonorizan el ruido de la avioneta. Hemos llegado a ver a un grupo de personas haciendo el Tongariro Alpine Crossing (considerada la mejor caminata de un día de Nueva Zelanda), pero nosotros nos quedamos con el vuelo, je,je.
Con la adrenalina aún en la sangre salimos con destino a Wellington. Tenemos un tramo largo trecho para conducir. Decidimos tomar la SH 49 y después la SH 1 hasta Wellington, para poder hacer una paradita en el Café Brown Sugar, en Tahiape. Comida casera y el mejor café de la zona.
Retomamos el camino a Wellington. Allí nos espera un viejo amigo, que hace mucho tiempo que no veo, que seguro nos enseña Wellington de una manera diferente al turista normal. Llegamos hacia las 7 pm y nos encontramos con Charles. Una buena dosis de abrazos y a aparcar el camión. Lo primero, nos llevan al Mirador que hay en la cima del Monte Victoria para disfrutar de las mejores vistas de la ciudad.
Llegamos a casa y vaya sorpresa, nos tienen preparada una cena neozelandesa. Véase: cordero, patatas asadas, verduras, salsa de menta para la carne y otra salsa más que no me acuerdo de que era. Todo exquisitamente combinado con un par de vinos tintos de la tierra y una compañía excelente.
De postre, un helado típico, Hokey Pokey, y macedonia de frutas. Ñami! Ahora toca conocer un poco de la vida nocturna de Wellington. Here we go!
El peor sitio del día de hoy:
No hay comentarios:
Publicar un comentario