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domingo, 13 de noviembre de 2011

13 de noviembre: Wellington

Uff, se ha hecho un poco duro levantarse después de la salida de ayer, pero como unos campeones estamos despiertos para las 8. Magnifico desayuno con vistas a la bahía de Wellington y compañía excelente (Muchísimas gracias a Roger y Gillian!!!!).

El día promete mucha actividad. Hemos planeado hacer un Brunch en el Chocolate Fish. Un Brunch consiste en juntar el desayuno con la comida y hacerlo todo junto como hacia las 12. Ya sé que ya hemos desayunado, pero ¡haya donde fueras, haz lo que vieras! Esto es un non stop! El local tiene como especialidad los sándwiches de pescado o marisco.



Antes estaba situado en otro lado de la bahía, donde los camareros tenían que cruzar la carretera. Por ello, todas las sillas estaban pintadas con mensajes de advertencia para los coches que pasaban por ahí. Ahora felizmente, viven más tranquillos en el nuevo sitio.



Además tiene una zona muy simpática para niños con carricoches de todos los tipos, y en el jardín del frente unos cojines tipo puff para relajarse viendo la bahía.

A continuación, paseo en coche por el resto de la península de Wellington. Este camino tiene 30 km y es una pasada. Estas a 5 minutos de la ciudad y tienes unas vistas preciosas y un montón de playas donde perderte.




Sorprendentemente llegamos a un sitio llamado Carlucci ‘s Land. Este hombre es un tipo que harto de solo trabajar empezó a construir este sitio para cambiar de filosofía de vida. Tiene montado un minigolf dentro y es gratis. Todo un puntazo. De vuelta nos lo cruzamos y comprobamos que él está tan loco como el sitio! Un puntazo!







Ahora toca caminar un poco. Volvemos al centro de  Wellington y empezamos visitando el parlamento. Está compuesto por dos edificios; uno más clásico que alberga el parlamento y otro que es el  edificio administrativo, mejor conocido como la Colmena (Beehive).


Por detrás del edificio se llega al barrio de Thorndon donde se encuentras las casas de los primeros colonos. Para llegar se cruza el cementerio antiguo; del cual parte tuvieron que trasladarlo debido a que la autopista lo cruzaba por la mitad. Se movieron miles de cuerpos y los que no se pudieron trasladar, se colocaron en una zona dedicada especialmente, junto a una capilla.




En la parte alta de este barrio está una de las entradas al Jardín Botánico de Wellington. Tiene 25 hectáreas de bosque autóctono protegido y un jardín de rosas precioso.




De camino al jardín de las rosas, nos encontramos con unas esculturas hechas con alambre que antes estaban en frente del museo Te Papa. El caso es que esas esculturas son especialmente neozelandesas por el material con las que se hicieron: alambre del nº 8. No hay nada que un Neocelandes no pueda hacer o arreglar con alambre nº 8. Es el básico elemental de todas las cosas.

Ya son como las 2:30 y el hambre vuelve a hacerse notar (y la resaca). Bajamos otra vez hacia la sede del parlamento y cruzamos la calle para llegar al pub Backbencher. Este bar está decorado con muñecos de goma de políticos neozelandeses colocados a modo de trofeos. Pedimos unos refresquitos (típicos neozelandeses: Gingeer beer, L&P) y una ración de patatas que estaban riquísimas.





En nueva Zelanda hay dos partidos predominantes: el Laborista y el Nacional. Se dice que si los de uno vienen a este pub a tomar algo, los del otro se van a otro, en el barrio de Thorndon (creo que se llamaba The Shephard’s Arm).


Recobradas las fuerzas, nos dirigimos a visitar la zona del paseo marítimo y el museo Te Papa (nuestro lugar en maorí). Este museo está muy bien pero hace falta mucho tiempo para visitarlo como dios manda. Nosotros sólo pudimos visitar la 4º planta, que en la que está lo maorí. Conviene alquilar una audioguía (5$) o un tour guiado (preguntar en el mostrador).


Bueno, para terminar el día, se os ocurre algo? Pues nos invitaron a una barbacoa! Esto es un continuo comer! Salchichas de ciervo, una especie de entrecot, sándwiches, cervezas y muy buena compañía. Charles y Louise, ¡OS PASASTEIS! De postre, degustación de chocolates neozelandeses (marca Whittaker's, cojonudos) y macedonia de frutas y tarta de queso (digo “y” en vez de “o” porque lo probamos todo!).

Ha sido un día genial pero agotador. Mañana nuestro ferry sale a las 8:30 y debemos de chequearnos antes de las 7:30.

El peor sitio de hoy:




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