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viernes, 18 de noviembre de 2011

18 de noviembre: Queenstown

Hemos reservado dos noches porque nos parece que aquí hay muchas cosas que hacer. Comenzamos el día subiendo en el Skyline Gondola para disfrutar de las vistas de Queenstown, el lago y las montañas.



Justo antes de llegar a la taquílla está el Kiwi Birdlife Park, según la guía, la mejor forma de espiar a un Kiwi. Nosotros lo dejamos de lado y fuimos derechos al telesilla. Hay varios tipos de entrada: sólo el telesilla, telesilla y Luge (no sabemos muy bien que es), espectáculos, etc. Compramos la entrada combinada de telesilla y Luge.
Al llegar arriba vemos que también puedes hacer puenting desde una plataforma en voladizo. Visto de cerca, ¡da mucho respeto!


Al final descubrimos que el Luge es una especie de trineo ligero. Desde el mirador te suben a lo alto del monte con otro telesilla (pasas un frió del copón en el  camino) y te tiras desde arriba por una pista de cars con tu trineo. Vamos, un descojono. En la primera curva Jokin se queda clavado porque pensaba que la curva tenia peralte de velódromo!





Bajamos al pueblo y damos un paseo por el paseo marítimo. Aquí ofrecen visitar al lago en barco de vapor, pero no le vemos la gracia. Seguimos caminando hasta los tranquilos Queenstown gardens. Después, sólo queda descubrir las callecitas que se cruzan, llenas de restaurantes, tiendas y bares.




 
Volvemos a comer a la caravana, porque a las 2 pm nos recogen a Jokin y a mí para hacer rafting en las aguas bravas del rio Shotover con Queenstown Rafting. La excursión dura unas 4 horas con 2 o 3 horas en el río (aviso, no hay fotos porque la cámara no es muy buena amiga del agua).

Nos montamos en un bus que nos lleva hasta el local que tienen junto al rio, a unos 20 minutos de Queenstown. Allí, te dan trajes  de neoprenos (no apto para escrupulosos), chaquetas impermeabilizantes, chaleco y casco. Otra vez al bus y unos 40 minutos de camino hasta la cabecera del río, pero la aventura empieza antes. Vaya carreterita de mierda que hay para ir al río! 3 metros de ancho y un precipicio del copón a tu costado. El chofer metiéndole fichas a unas hermanas de EEUU, ¡pelau! ¡Mira pa adelante que te meto! ¡Joe, pa rematar nos cruzamos con un todo terreno que cuando se echa para un lado para pasar nosotros casi se queda atascado en la cuneta! ¡Uff, no sé si la rueda de fuera está pisando la pista o está volando! Bueno, hemos llegado. Nos dan explicaciones sobre qué hacer si te caes al río, etc. Y para el bote.

Vamos 7 más el monitor: dos japonesas que van a remar lo que yo te digo, una pareja de Madrileños  (hermano y hermana) que no saben ni papa de inglés (vamos, hasta tal punto que tuve que traducirles durante todo el viaje porque no entendieron ni las instrucciones de seguridad ni las ordenes del monitor), una australiana y nosotros. Vamos, que nos vamos a comer la remada solitos.

El monitor viendo el percal, nos pone a nosotros en la parte de delante del bote porque somos los que (aparte de la australiana) mejor hablamos Ingles, ¡ALUCIINA! Y así los demás sólo tienen que imitar lo que hagamos nosotros, ¡vaya percal! En fin, los primeros kilómetros son tranquilos y lo utilizan para hacer practicar las ordenes de: rema adelante (paddle fordware), rema atrás (paddle back), cuidado (no me acuerdo pero era fácil) y agárrate que nos la pegamos (no me acuerdo tampoco pero en ese momento la tenía grabada a fuego en la cabeza). Bueno, hubo más ordenes pero eran ya demasiado complicadas (unos adelante otros atrás, y de ese estilo).

Bueno, ya llegan los rápidos y felizmente estamos  vivos. El monitor no hace más que agradecernos a Jokin y a mí por remar tan bien, ¡no te jode, somos los únicos que remamos! ¡Qué dolor, tengo la espalda cansadísima! En fin, para terminar, se pasa por un túnel muy chulo de 170 metros de largo. Es tan estrecho que salvo el monitor atrás y Jokin delante, todos los demás debemos de meternos dentro de la barca y recoger los remos. Para ponerle el punto final, último rápido y listo.

Ya estamos de vuelta en el chiringo de los tipos. Ducha (también hay sauna para los que quiera) y a tomarte algo en el bar. Creo que hoy vamos a dormir como unos troncos ¡que cansancio! La cervecita se está haciendo muy larga, así que nos ponemos en pie y nos acercamos al bus. AL rato Jokin mira atrás y ve que todo el  mundo está recogiendo las cosas y nos siguen. ¿Oye, que si queréis podéis seguir un rato más, eh? A tomar viento fresco, todos al bus y para Queenstown, ja,ja,ja.

Duchita en el camping y miramos en la guía un restaurante para darnos un homenaje. El elegido es el Fishbone Bar & Grill (recomendado para comer pescado pero también tiene carnes) y no nos defrauda. Probamos un bacalao, lenguado, y dos platos de carne. ¡Que petada!  Vamos a rematar el día con unas cervezas.




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