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viernes, 26 de noviembre de 2010

Primeras impresiones

Caminar por Bogotá es sencillo y además aunque seas de los más rubios y blancos, depende porque zona vayas, ¡si no abres la boca! puedes pasar desapercibido. En general la gente es muy amable y colaboradora. 

Eso si, parece que los taxistas tiene un especial afan por jugar a ..."¿De donde eres?". Te montas en un taxi y nada mas terminas de decir la dirección viene la preguntita...¿Español?  y ya empieza el interrogatorio, ¿De que parte? ¿Que te parece Colombia? etc. Pero lo mejor es que cuando te vas a bajar del taxis y le preguntas cuanto es la carrera, parece que por el servicio de entretenimiento a extranjeros te cobran un plus, asi que recuerden que tienen taximetro y tablas de cobro.


La ciudad tiene bastantes zonas verdes y muchas calles están acompañadas por grandes árboles, con lo que caminar fuera de las vías más transitadas se hace relativamente cómodo. 

 
Eso sí, ¡las aceras parecen una atracción de aventura y riesgo de un parque temático! Uno puede disfrutar desde la atracción salta el hueco de la arqueta o te rompes un pie hasta la maravillosa montaña rusa con subidas, bajadas y saltos inesperados en una sencilla calle llana. Así que uno tiene que ir viendo continuamente donde pone el pie si no quiere besar el suelo como lo haría el Papa. Menos mal que como se ve en la foto, se está interviniendo al respecto para que en un futuro no muy lejano (llevan ya 3 años) uno pueda caminar con la mirada puesta al frente y no en el suelo.

El tema de los pasos de peatones merece una mención especial. El caso es que hay muy pocos pasos dibujados y en los casos en los que están dibujados es cuando existe un semáforo. Las opciones para el peatón son dos:
  • Un semáforo en rojo significa “corre antes de que den salida a la carrera”, porque uno siente como los carros (mirar diccionario de supervivencia) están calentando motores en sus narices prestos a pasar por encima de lo que tengan delante, como en el juego ese para PC que se trataba de atropellar gente y en función de lo sanguinario que eras ganabas más puntos.
  • Cuando no lo hay, aun es más gracioso porque lo que si existe en todas las aceras son rebajes para que la gente con problemas de movilidad pueda bajar al asfalto con comodidad. De ahí en adelante, te encuentras en medio del encierro de los San Fermines, solo que en vez de morlacos, sueltan todo tipo de vehículos que uno debe sortear con cintura de gimnasta olímpica. La verdad es que sirve para comprobar el nivel de reflejos y agilidad que uno mantiene.
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