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viernes, 11 de febrero de 2011

EJE CAFETERO: DÍA 3: SALENTO - ARMENIA -PARQUE DEL CAFE

El tercer día decidimos ir al Parque Nacional del Café, que está cerca de Montenegro. Para ello tuvimos que realizar nuestras jugadas con los buses: primero un bus a Armenia y desde la Terminal de Armenia, después de preguntar a la gente, tomamos una buseta que nos dejaba en la misma puerta del Parque. Íbamos un poco desconfiados porque según la gente con la que habíamos hablado, era como un Disneiland que no tenía nada que ver.

En parte es cierto, es un parque temático donde hay una zona grande dedicada a atracciones, pero también tiene unos senderos donde puedes ver los diferentes plantas de café que existen, información sobre como se planta el café (etapas de crecimiento), proceso de obtención del grano, tueste, etc. Además de tenerlo muy bien preparado, merece la pena ir porque la vista que hay desde el parque es impresionante. Puedes ver cultivos de plátano, de café y el paisaje del valle es maravilloso.

Existen varios tipos de entrada, desde completa (que incluye todas las atracciones) a la simple (donde solo entras al ingreso). Nosotros compramos una que incluía todas las actividades relacionadas con el café (museo del café, sendero del café, sendero de los mitos, espectáculo, funicular y trenecito), el espectáculo y algo más no esta funcionando (que pena porque todo el mundo nos dijo que el espectáculo era bien chevere), así que nos regalaron dos entradas a dos atracciones.

El recorrido empieza en una parte alta, donde se encuentra el museo del café, el mirador y la estación del funicular. Allí empieza también el recorrido del sendero ecológico (que recomiendan hacer bajando), donde puedes ver los diferentes tipos de plantas de café, las etapas del cultivo, preparación, secado y recolección.

 
Llegada/Salida del Funicular a la parte alta del parque

Ingreso al sendero ecológico
 
Primera etapa del café

Secado del cafe al aire
Al fondo, la estación de beneficio
Una vez bajas la colina llegas a una plaza de donde sale el trencito para la zona de atracciones. La plaza es muy bonita, la han construido con edificios típicos Quindianos que funcionan como restaurantes y tienditas.

Pueblo Quindiano

Pueblo Quindiano. Estación de tren
El trenecitos es mas curioso que útil porque creo que llegas entes caminando, pero bueno, es divertido. Bajando en la otra estación estas ya en la zona de los juegos. Yo recomiendo llevar ropa de baño porque los juegos que son con agua son los más cheveres, pero si uno no va con ropa adecuada... acaba peladito todo el día.


Trenecito

Botes Chocones. Genial!
 
Montaña Acuática

Para terminar, desde la primera plaza se toma el teleférico que te sube a la entrada del parque, donde está el museo. El paisaje se ve increíble desde el teleferico, pero si te dan miedo las alturas no lo disfrutas tanto. Es una vista espectacular del parque y del valle donde se ubica.

Salida/Llegada desde la plaza de abajo

Vista de la plaza desde el funicular

Recorrido del funicular

Vista general desde el funicular

De regreso recorrimos el museo del café, donde te explican los temas relacionados con la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia. Un paseito de unos 15-20 minutos. Muy bien montadito, con película en 3D incluida. Acá pues averiguar que significa y de donde viene el sello de café Juan Valdez.

Y por último, la subida al mirador que hay en la entrada del parque, para tomar las fotos de rigor. En total pasamos unas 5 horas (de 10 am a 15 pm) y eso que no teníamos el pasaporte para ingresar a todas las atracciones, ni tampoco pudimos ver algunos espectáculos que estaban remodelando. Muy recomendable si viajas con niños.

Desde el Mirador
De regreso a Salento, decidimos desviarnos y visitar un pueblito llamado Filandia. La verdad, nos habían hablado muy bien de este pueblito. Parece ser que es otra alternativa al alojamiento en Salento. Sólo alcanzamos a ver la Plaza de Armas, porque desde el parque teníamos que tomar una buseta primero a Armenia, y de ahí otra a Filandia que demoraba en total casi unas 2h. Para cuando llegamos estaba anocheciendo, pero la plaza de Armas nos pareció muy bonita y llena de vida. Había un montón de bares con diferentes decoraciones y estilos y las terrazas estaban abarrotadas de gente. Definitívamente, parecía más movidita que Salento.

Plaza de Armas de Filandia



Plaza de Armas de Filandia

Estuvimos caminando por los alrededores de la plaza, pero ya estamos muy cansados así que decidimos hacer una paradita en una panadería para reponer fuerzas: pan con salchicha, buñuelos (mmm riquísimos), deditos de queso y pan de bono, todo acompañado con dos riquísimos cafes... total 5.450 pesos (2,25 €). Que lujo.

Pan con salchica, pan con queso y en mi mano un buñuelo
De ahí nos regresamos para Salento, no sin aventuras, ya que para llegar teníamos que tomar el último bus a Armenia, pararnos en un pueblito llamado Circasia y allí esperar (rezando) que el último bus de Armenia a Salento no hubiera pasado ya. Al final, después de 45 minutos de inquieta espera y un desfile interminable de buses con otros destinos, el nuestro llegó. 45 minutos de viaje y por fin de regreso en Salento. Cervecita en la plaza de Armas para reponer fuerzas y terminar un intenso día.

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