El viaje empezó tomando un bus desde la Terminal de Transportes de Bogotá con la compañía Expreso Bolivariano a las 22.00 de la noche que nos dejaba en Armenia a las 6.00. Esta empresa es super segura, los buses son muy cómodos (casi vas tumbado) y tiene un montón de frecuencia de salidas.
El Eje Cafetero es una hermosa región comprendida por los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío y el nor-oriente del Valle del Cauca. Las ciudades capitales de los tres primeros departamentos mencionados son Manizales, Pereira y Armenia respectivamente.
http://mangochoamat.blogspot.com/ |
El Eje Cafetero es reconocido por ser el principal centro productor y exportador de Café Colombiano, además por su gente cálida, sus hermosos paisajes de montañas verdes, aguas termales y picos nevados.
El bus nos dejo en la Terminal de Armenia a las 5.00 am. La Terminal es pequeña y sencilla. Los trabajadores de cada uno de las cabinas de cada empresa agitan con la mano un sin fin de carteles para mostrarte los destinos a los que viajan y aunque al principio parezca que les ha dado a todos un ataque de epilepsia, tranquilos.
Nosotros nos decidimos alojar en Salento, un pequeño pueblo ubicado entre Armenia y Pereira, porque las capitales de las regiones no nos parecían muy bonitas. Tuvimos que preguntar a alguien en la estación donde tomar la buseta que nos llevaba a Salento, que resulta que al ser un servicio más corto, no tenia cabinas sino que comprabas el ticket dentro de la buseta (3.500 pesos). No duden ni un momento en preguntarle a la gente porque la verdad os digo que la es maravillosa y super colaboradora.
Después de todo, llegamos a la plaza de Armas de Salento a las 6.00 am y pudimos disfrutar de la belleza de la misma con un día muy lindo.
Plaza de Armas de Salento |
Plaza de Armas de Salento |
Salento es una población pequeña y muy tranquila. Podríamos decir que la gente de Salento no vive volcada al turismo, sino que ellos tienen su propia vida en el puebloy el turismo es un negocio más. Esto es, no es como en otros sitios que la gente se abalanza a venderte tours, comidas y servicios, sino que están ahí y si quieres los tomas y sino pues nada.
Lo más característico del pueblo es como todas las casas tienen decoradas las puertas con un marquito de madera pintado de varios colores. La calle más bonita del pueblo es la calle Real. Es una calle llena de tienditas, bares y restaurantes preciosos y al final de la calle hay unas escaleras que llevan al mirador.
Después de la sesión fotográfica nos fuimos al hostal The Plantation House. Es un sencillo hostal backpacker y lo bueno que tiene es que la cocina es de uso libre, así que la mayoría de los huéspedes se cocinaban los desayunos y las cenas. El hostal dispone de habitaciones con baño compartido y con baño propio. La gente que lleva el hostal es muy simpática y te ofrecen un montón de información sobre todo lo que necesites: horarios de las busetas, excursiones, lugares en Salento, etc.
Placa de la Calle Real |
Calle Real y escaleras hacia el mirador al final |
Puerta decorada |
Después de dejar los bultos en la habitación, Memo (así se llama uno de los currelas del hostal, muy simpático) nos recomiendo ir a desayunar al restaurante de la Sra. Lucy. La verdad es que no se equivocó. Por unos 6.000 pesos (2,25 €) los dos nos pegamos una panzada terrible, pero riquísima. El Restaurante se encuentra en la calle Real, a una cuadra de la plaza de Armas, en la esquina. Después de este desayuno, ¿quién no se recupera?
Huevos Pericos y café en el restaurante de la Sra. Lucy |
Restaurante de la Sra. Lucy |
Una vez recobradas las fuerzas nos dirigimos al Valle de Cocora, uno de los paisaje mas bellos del Quindío, que se encuentra enclavado entre las montañas de la Cordillera Central. Una carretera permite recorrerlo hasta determinado punto donde se encuentran restaurantes que ofrecen exquisitas truchas pescadas en la zona (un poco carito). Este Valle es cruzado por el río Quindío. Predomina en los alrededores la majestuosa Palma de Cera del Quindío, árbol nacional de Colombia que crece hasta 60 metros.
La única manera de ir es tomar un Willys (2.000 pesos) que es el transporte por excelencia de la zona. Se trata de un Yeep de la 2º Guerra mundial que se hizo famoso por lo duro que era. No os asustéis si el cajón trasero del Willys esta lleno de gente y os dicen que viajéis de pie agarrado a los hierros fuera del vehículo. No están locos, ¡aunque yo lo pensé cuando me lo dijeron! Es muy muy muy habitual. El trayecto no es muy largo y puede ser una experiencia interesante... yo viajé sentado, por si acaso.
Willys en plena acción |
Preparado para la experiencia del Willys |
Existen varios caminos para recorrer dentro de la reserva. La entrada es gratuita y no hace falta guia. Al comienzo del camino encontrarás la posibilidad de rentar caballos para hacer la caminata.
Puente Colgante del sendero del Valle del Cocora |
Panoramica del Valle del Cocora |
Uno de los varios pasos sobre el río. Sendero del Valle del Cocora |
El camino más conocido es el que lleva al Acaíme, un tranquilísimo conjunto de cabañas en las que unos paisanos del lugar te reciben con un chocolate con queso o una gaseosa a cambio de una entrada de 3.000 COP. No se que problemas habrán tenido con los turistas porque por todo el sendero que te lleva hasta allá pudimos ver así como una docena de carteles que indicaba que el ingreso implicaba pagar la entrada; ahora si, ni una puñetera señal del camino! De todas formas no hay perdida, salvo en un par de cruces que si te confundes vuelves rápido al sendero principal. Lo que realmente merece la pena, a parte de la caminata que dura unas 2 horas, es que allí tienen una especie de cuenquitos con agua dulce donde los colibries beben. La ocasión para admirar estos extrañisimos pajarillos es perfecta.
Uno de los tantos avisos |
Llegada al Acaime. ¡Que bien entra la gaseosa! |
Colibrí volando |
Precioso Colobrí |
¡Colibrí posando! |
Una vez repuestas las fuerzas comenzamos el regreso, pero hay que tener cuidado en esta zona porque en un dos por tres, pasas de un cielo azul a unos nubarrones muy feos, y ya sabeis lo que viene tras los nubarrones ¿no? Lluviaaaaaaaa. ¡Nos pegamos una pelada increíble! Empezó a llover cuando aun nos faltaba una hora de camino y aunque llevábamos impermeables y paraguas todo fue inútil. Imaginaros como de pelados debíamos estar y con que pintas, que una familia que viajaba en carro (el carro estaba completo, eran ya 5 personas) paro frente a nosotros y después de preguntar a donde íbamos se acomodaron como pudieron para jalarnos hasta Salento. ¡Buenisima gente la Colombiana! El look pobrecito nos salvo la vida, ja,ja,ja.
Palma de cera. 5 minutos antes de la lluvia. |
y e 5 minutos...nos llovió...¡Vaya pelada! |
Muy buena información... Gracias
ResponderEliminarMuy buena información... Gracias
ResponderEliminarExcelente información, Gracias por compartir.
ResponderEliminardesde Bogotá donde se toma el bus, expreso bolivariano, en el terminal o en otro lugar?
ResponderEliminarSi, en el Terminal de transportes de Bogota.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por la calidad de la información con un poco de opinión personal.
ResponderEliminarPodrías decirme qué mínimo de días recomiendas? 2 o 3 está bien? Gracias
ResponderEliminarTengo previsto ir a principios de noviembre, alguna sugerencia?
ResponderEliminarExcelente información. Estoy seguro que muchos futuros turistas de esta hermosa región la apreciamos sobremanera. Gracias !
ResponderEliminarExcelente blog nada más una pregunta cuánto tiempo hiciste de Salento al valle de cocora
ResponderEliminarHola, qué buena información además de bien contada. Es una buena guía, seguro que aunque es de hace unos años seguirá siendo muy útil, muchas gracias
ResponderEliminarSalento is a small and very quiet town. We could say that the people of Salento do not live dedicated to tourism, but that they have their own life in the town and tourism is just another business: roof leak repair nj
ResponderEliminar