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jueves, 2 de junio de 2011

Gastronomia en Belgica ¡Chocolate, gofres, mejillones, patatas fritas y miles de cervezas!

La fama del “Chocolate Belga” sea mas que cierta (Neuhaus, Leonidas, Cote D´Or, ...). Sus mas de 2000 tiendas tienen para todos los gustos. Leonidas tiene una relación calidad-precio muy buena pero como los Neuhaus ninguno (cariiiiisimo, eso si).

Junto con el chocolate, hay otra obsesion: los “Gofres”! Cito (¡porque estas palabras son buenas pero no mias!): 

                       http://belgica.pordescubrir.com/gofres-una-delicia.html

En Belgica se distingue entre dos tipos de gofres: el gofre de Lieja (”liegois”) que es el tipico gofre de pasta esponjosa, y el gofre de Bruselas (Bruxelois) que es un gofre con forma rectangular normamente y mas ligero. Aqui los gofres se sirven con todo: chocolate, vainilla, nata, frutas (kiwi, fresas, platano,…), bolas de helado, etc. Delicioso. Una de las tiendas de gofres, tambien llamadas Gaufrerie, mas famosas de Bruselas esta en la calle del Manneken Piss (Bruselas) aunque en el centro pueden encontrarse muchas mas. Incluso algunas cadenas como Belgaufre.
Luego están las patatas fritas de toda la vida o “Frites”. En todo lado vas a ver chiringuitos que digan "Friterie". Tienen hasta un museo en Brujas, el Frietmuseum!

El plato más famoso de Bélgica es el  “Moules et frites” (mejillones cocinados con cebolla y apio, acompañados de papas fritas).

Y para acabar y no por eso menos importante ... la Cerveza! Los Belgas pueden jactarse de elaborar ¡400 cervezas diferentes! Cito:

Las hay para todos los gustos: suaves o muy fuertes en contenido de alcohol (entre 3 y 12 grados); cervezas rojas fermentadas en barriles de roble, cervezas blancas (enriquecidas con trigo), doradas, morenas o negras; frutadas (con sabor a cerezas o frambuesas), aromatizadas o endulzadas; cervezas de fermentación espontánea que saben a vino, o cervezas ’trapistas’ elaboradas en monasterios conforme a recetas conservadas desde la Edad Media.

La cerveza, antigua como el pan, empezó a prepararse en la zona de la Mesopotamia hace más de 6.000 años. En el siglo XIX la rica y milenaria tradición cervecera sufrió un proceso mayor de transformación como consecuencia del inicio de la producción comercial a gran escala: casi todos los países pasaron a producir casi exclusivamente cervezas de baja fermentación conocidas como lager, entre las cuales el tipo pils se hizo el más popular. Ocurrió en Alemania y República Checa, pero también en países como Dinamarca y Holanda que se especializaron en la fabricación de una pils de gusto suave y accesible, exportable a todo el mundo (las afamadas Carlsberg y Heineken).

Bélgica fue la excepción a la regla. Aquí la fabricación y consumo de las lager se propagó mucho más tarde, hacia finales de la Segunda Guerra Mundial. Entretanto las cervezas de alta fermentación, ale, producidas en pequeñas cervecerías locales, continuaron elaborándose y fue posible mantener viva una sorprendente tradición de diversidad gracias a la resistencia de los belgas a consumir un único tipo de cerveza.
En Bélgica, además, a cada cerveza diferente le hace honor un vaso especial. En todo café, bar o restaurante que se respete, cada cerveza se sirve en un recipiente especialmente concebido y fabricado para ella. Los hay de todas las formas, tallas y grosores: largos, bajos, redondos, abiertos, estrechos, gruesos, delgados Y sus diferencias no son capricho: algunos favorecen la percepción de los aromas, otros afinan el gusto y no pocos influyen en la temperatura de su contenido. 
El vaso de la cerveza kwak, que más parece un artilugio de laboratorio, viene acompañado de un soporte de madera parecido al portavasos que solían llevar los coches tirados por caballos y que permitía a los cocheros disfrutar de una refrescante cerveza sin interrumpir su labor de transportistas.  

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