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viernes, 6 de mayo de 2011

DESTINO Nº2: CARTAGENA DE INDIAS (Parte 1)

DÍA 4: CARTAGENA DE INDIAS
¿Qué puede esperar uno de una ciudad en la que el pasillo que conduce desde la pista hasta la terminal está abierto al viento? Uno piensa… ¿y si llueve? ¡Qué coño va a llover!, eran las 9:30 pm y hacia 28 ºC y cielo despejadísimo.  Taxi al apartamento desde el aeropuerto… creo recordar que 10.000 pesos.
Nos habían hablado un poco de Cartagena de Indias. Para vivir el ambiente de la Cartagena rumbera, hay que hospedarse en la propia ciudad amurallada, pero la verdad es que la relación calidad precio está muy desfasada (no es recomendable alojarse en Getsemani aunque esa zona poco a poco va mejorando).
Como éramos un grupo de 7, los hostales nos salían carísimos y al final nos recomendaron irnos a la zona de boca Grande (como una isla que queda conectada a la izquierda de la ciudad amurallada), que está plagada de aparta-hoteles. Nosotros conseguimos un apartamento a través de la propietaria de nuestro depa en Bogotá pagando 180.000 pesos (72 € aprox.) por noche y apartamento, ¡genial! Pero la verdad es que por nuestra cuenta lo más barato que encontramos era uno a 300.000 pesos (120 €) la noche ubicado en la manga que queda a la derecha del casco antiguo, eso sí de lujo. Lo único, no esperen encontrar mucho silencio en este tipo de apartamentos, puesto que la gente va a la rumba pura y dura… pero no hubo problema de excesos. Cerca del depa había 2 supermercados, así que hicimos una compra, y cervecitas en la terraza, ¡qué gusto!
DIA 5: DESCUBRIENDO LA CIUDAD AMURALLADA
Bueno, como buen turista el primer día había que recorrer la ciudad amurallada de Cartagena de Indias, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Todos los paseos por la ciudad empiezan en la antigua puerta de entrada, conocida como La puerta del Reloj.
Torres del reloj desde el muelle
Esta puerta da acceso al recinto amurallado, más concretamente a la Plaza de los Coches (merece la pena pasear por las arcadas que quedan en frente de la puerta, conocido como El Portal de los Dulces, y degustar algunos de los dulces que se venden).
Habrá que probar no?

En esta plaza se pueden contratar los paseos en coche de caballos, pero tened en cuenta que el precio va disminuyendo a medida que pasa el día. La caminata continúa por la Plaza de la Aduana. Una plaza colonial preciosa. Formando parte de la muralla está la Casa de la Aduana, que actualmente alberga la Municipalidad.

Estatua de Cristóbal Colón
De ahí continuamos por el recorrido indicado en el mapa turístico y llegamos a una plaza donde se encuentra el Museo Naval. Algunos decidieron darle una oportunidad y otros nos quedamos fuera. En esto, vimos a lo lejos una señora vestida con trajes típicos y llevando sobre la cabeza un cuenco de frutas enorme con mucho estilo... y le tomamos una foto. Pues bueno, que sepais que nada en esta vida es gratis. Cuando la señora vio nuestra camara se apresuro a recoger su beneficio por el teatrillo; pero bueno, son cosas que los turistas tenemos que aceptar.

¡Que dolor de cuello!
Justo en frente se encuentra El Baluarte de San Francisco Javier, parte de las antiguas defensas de la ciudad y donde ahora existe un restaurante perfecto donde tomarse una copa al anochecer.

De ahí continuamos callejeando por la ciudad amurallada, que la verdad es que mires por donde mires te embelesa con sus casas coloniales y callejas estrechas. Así llegamos hasta la Plaza de Bolívar, donde hicimos varias paradas. Empezamos por el Museo del Oro, que se puede visitar ya que es gratis pero es muchiiiisimo mejor el de Bogotá. En frente del museo del Oro está el Palacio de la Inquisición (visitas guiadas), que además de instrumentos de tortura también tiene un museo histórico en la segunda planta que es muy interesante. Ahí es donde me enteré que Blas de Lezo, comandante general de Cartagena de Indias y nacido en Pasajes (junto a Errenteria, de donde nací yo) se hizo famoso por defender la ciudad de los ingleses. Lo que nos resulto curioso es que él era manco, cojo y ciego de un ojo, heridas de guerra que le merecieron el sobrenombre de Mediohombre. Así que un vasco cojo, ciego y manco fue el que le mantuvo a Cartagena dentro de los dominios del Imperio Español… manda huevos! ¿Como decía el guía, que sería de Cartagena ahora si los Ingleses hubieran ganado la batalla? ¿Estarían en un Gibraltar II? ¿O más bien tendrían que haber hablado Euskera?
Un poco más adelante nos encontramos con la Catedral, pero en realidad a ninguno nos causó demasiada impresión. Con toda esta caminata se nos había abierto el apetito y nos fuimos a un restaurante de Menú del Día que nos había recomendado el guía: sopa de primero, y un plato de carne o pescado, postre y bebida creo que pagamos unos 7.000 pesos (menos de 3€).

Una vez recuperadas las fuerzas continuamos con el recorrido llegamos la Plaza de Santo Domingo, una de las plaza que más me gustaron. Un lateral de la plaza se encuentra repleto de Restaurantes con terrazas donde puedes tomar un descanso y saborear un rico café colombiano en un marco incomparable. En el otro lado se encuentra la Iglesia de Santo Domingo, una de las edificaciones más antiguas de la ciudad que vale la pena visitar.
Cafes de la plaza
 
Siempre lleno de gente
Siguiente parada, la casa del Marqués de Valdehoyos. En esta casa residió Simón Bolívar cuando ya se encontraba enfermo antes de viajar a Santa Marta, donde murió. Muy cerca de ahí está el Teatro Heredia, una verdadera maravilla. Después de tener que esperar un buen rato, por fin llego la persona que nos iba a hacer de guía y os puedo afirmar que mereció la pena. El teatro se ha terminado de restaurar hace poco y es precioso.

Interior del Teatro

Desde arriba
De aquí nos dirigimos a la Casa Museo de Simón Bolívar, que actualmente es una biblioteca. Ya casi exhaustos de tanto caminar llegamos a una de las ultimas paradas de este día, Las Bóvedas. Originalmente construidas como parte del entramado militar, y después de haber tenido varios usos (calabozos, polvorín…) actualmente convertidas en pequeñas tiendas de artesanía Colombiana.

Aquí termina nuestra caminata por la ciudad amurallada. Cansados por la caminata y casi asfixiados por los 40 ºC al sol, decidimos retirarnos al apartamento a por merecido descanso. En la noche, como volvimos a revivir con el fresco de la luna y decidimos salir a tomar unas copas… ¡que rico estar sobre la muralla, tomando un buen mojito a la fresca de la brisa del mar Caribe!

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